Leyenda del Cristo de la Salud.

Uno de los eventos destacados durante las fiestas en honor a San Pedro y San Pablo eran las carreras de caballos que se celebraban en la calle Cristo del Viejo San Juan, en aquel tiempo la calle no estaba adoquinada como hoy día sino que se encontraba casi en su estado natural, tierra en algunos lugares y arcilla y agujeros en otros, un vado enorme se abría cerca del Convento de las Hermanas Carmelitas. En el sur la calle abruptamente terminaba protegida por un metro de altura de la muralla en la parte alta del acantilado, sobre la carcel de la princesa.

Los jinetes se agrupaban al al frente de la muralla y corrían cuesta arriba hacia el Convento de los Dominicos. Una vez llegaban hacian un giro a ciento ochenta grados y regresaban cuesta abajo hacia su punto de partida.

Algunos competidores corrian sus corceles mas aprisa de lo prudente para tratar de alcanzar antes que todos la meta. Baltazar Montañez, un pretencioso joven jinete por esta misma razón, fracaso al tratar de darle freno a su caballo al filo de la muralla precipitandose ambos al acantilado.

La leyenda dice que el Secretario de Gobierno, General Tomas Mateo Prats lanzó un tremendo alarido invocando al Santo Cristo de la Salud para que el jinete se salvara. El caballo golpeo el fondo del precipicio pero Baltazar milagrosamente salio ileso del infortunado evento.

Como agradecimiento en este año del señor de 1753, Prats mando erigir en ese mimo lugar donde aconteció ese suceso una capilla en honor al Santo Cristo de la Salud. El General Prats muy piadoso y devoto dirigió la construcción con la venia del Gobernador y del Arzobispo y puso dentro de esta tres hermosos cuadros del Cristo de la Salud.

Se dice que estas imágenes han seguido realizando muchos otros milagros desde entonces.